Raúl Prieto J.

Su obra refleja la búsqueda de la congruencia emocional y cognitiva, en la cual el artista ha recorrido el camino del conocimiento de sí mismo, comprendiendo en cada trabajo sus fortalezas, en la que cada pincelada es la con- gruencia que nos anima a ser conscientes de nuestras acciones, pensamientos y emociones. Lo que a su vez nos ayuda a conectarnos con nuestro propósito y valores fun- damentales, con ello queremos señalar que la presencia de la evolución del artista en cada obra resulta ser una clave fundamental de comprensión de la originalidad y de la construcción de su existencia misma.

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Raúl, encuentra en su arte esa forma peculiar de relacio- narse con el mundo, misma que nos invita a ese encuen- tro para conectarnos de manera especial, para vivir una vida auténtica y significativa, haciendo uso de elementos que abarcan seres fantásticos llenos de luz y obscuridad a la vez, que generan un universo con una narrativa propia para el redescubrimiento de la expresión emocio- nal a través del arte en sus diferentes técnicas. La relación entre la obra y el artista es un «relacionarse a sí» que significa una actividad que supone la relación en función de cómo se comprende a sí mismo.

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"La inspiración no llega sola, tendrás que ser capaz de

generarla para poder seguir con el proceso creativo" 

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Luz y obscuridad en su obra, es la narrativa de la comp- rensión entre las relaciones constantes y cambiantes que aparecen en cada circunstancia: tiempo, constancia y belleza. Su obra no es solo estética, es una exploración profunda de la dualidad humana, una búsqueda con- stante de equilibrio entre la luminosidad y la oscuridad que habita en cada uno de nosotros.

A través de sus creaciones, Prieto nos invita a adentrar- nos en un universo donde la luz y la oscuridad coexisten en perfecta armonía, reflejando así la complejidad de nuestras emociones y pensamientos. Sus obras están impregnadas de seres fantásticos que emergen de la oscuridad, iluminados por destellos de luz que parecen luchar por liberarse de las sombras que los rodean. Esta representación simbólica no solo es un ejercicio artístico, sino también una metáfora de la lucha interna que todos enfrentamos entre la claridad y la confusión, entre la esperanza y el desaliento.

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Para Prieto, el arte es más que una forma de expresión; es su refugio, su santuario emocional donde puede dar rienda suelta a sus sentimientos más profundos y encontrar un sentido de paz interior. En sus inicios como artista plástico en el lejano 2005, tomando como base académica la carrera de arquitectura que propulsó y dotó de herramientas tanto técnicas como espaciales pudo desarrollar un estilo que lo caracterizaba por el uso de elementos catárticos que ayudaron con el manejo de transtornos de ansiedad y depresión presentados a temprana edad; convirtiéndose en un proceso creativo como vía para canalizar y transformar las emociones negativas en algo hermoso y significativo.